Momento lentilla ¡Y qué vivan mis vecinos!

Publicado: 28/05/2013 en Divagaciones
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Estuche de lentillas y gafasYo soy como uno de esos cangrejos cieguitos de Lanzarote de los que ya os he hablado, pero que gracias al empeño de Ángel Barañano y su equipo, tengo unas lentillas rarísimas, carísimas pero buenísimas con las que consigo que, aunque otros ópticos y oculistas me habían desahuciado -visualmente hablando-, mi vida sea bastante normal.

De hecho, cuando digo lo típico de “No veo un pimiento” todo el mundo me contesta «¡Buah, ni yo! A ver si voy al oculista que…» o “Pues ponte gafas”. Y según las ganas que tenga yo de dar explicaciones, me explayo sobre el tema o lo dejo pasar y punto.

Pues bien, esta introducción viene a cuento de que el otro día, estaba yo en mi habitual reunión de vecinos (no penséis en el coñazo de las reuniones de comunidad con todos peleándose por si se echa o no al jardinero –siempre se queda y además se le sube el sueldo-. Se trata de todos los papis con sus churumbeles en el jardín, charlando entre “¡¡¡¡¡Yoooooosua!!!!!” “¡¡¡¡Manoloooooo!!!!” ó “¡Pepe, que te bajes, que te vas a romper la crisma)”…

Estaba en la reunión de vecinos, iba yo diciendo, cuando se me metió algo (más) en el ojo. Lo malo de mis súper micro lentilllas es que son muy celosas de su espacio y cuando están en el ojo no les gustan las visitas. Vamos, que si a cualquiera le molesta una mota de polvo en el ojo, pues a mí más. Y no por ser más chula que un ocho, sino porque mi súper micro lentilla aprieta con todas sus fuerzas a esa humilde motita contra el ojo hasta hacerme ver las estrellas.

Como ya soy cangreja experimentada en estas historias, me sé quitar la lentilla hasta encima de una bici (parada, que si está en marcha nunca supe ir “sin manos”). Pues ni corta ni perezosa me quité mi súper micro lentilla mientras mi vecina moría de grima y dice:

– ¡Ay! ¿Qué haces? ¿Te ayudo? ¿Estás bien?

Sip. Todo estaba bien. O al menos hasta que una agradable –a la par que hija de p…- brisita intervino en la acción y voló mi micro súper lentilla.image

Estaba claro que muy lejos no había ido, porque como os digo, era una brisita, pero ese fue el momento en el que comenzó una de las imágenes posiblemente más ridículas y curiosas que se han vivido en mi jardín comunitario. En ese momento, media docena de voluntariosos papis se pusieron a ayudarme a «peinar» un metro cuadrado de césped y tréboles en busca de un cristalito diminuto que sabíamos que podía ser aplastado en cualquier momento o salir volando “un poquito más allá”.

Os podéis imaginar la cara de todo el que pasaba hacia su casa o se unía al grupo al ver media docena de culos en pompa propiedad de unos cuerpos concentrados en un metro cuadrado de jardín… Si no hubiese estado tan disgustada me hubiese dado por reír fijo.

Entre medias los típicos comentarios: «¿y no tienes otras?», «¿y tú crees que la vamos a encontrar?», «¡Es imposible!»

Cuando los ánimos decaían, sin querer, verbalicé mi gran pesar (precio y tiempo que tardan en hacer mi micro súper lentilla) y todos los culos se volvieron a poner en pompa mientras alguien decía “Tía eso sí que es presión”.

La hazaña duró 40 minutos de reloj. Lo sé no porque viese la hora, que ya os digo que ver, no veía un pimiento, sino porque acababa de dejar a mi hija en catequesis y tuve que pedir al dueño de uno de esos traseros en pompa que, por favor, me la recogiese. Yo encontrar no iba a encontrar ni la lentilla, ni la iglesia, ni a mi hija.

Por otra parte, además de buscar la micro súper lentilla no cesaban los “yosuas, pepes y demás”, que los niños no entienden de emergencias. Aunque he de reconocer que les picaba la curiosidad sobre el nuevo juego de los papis “¿Estos mayores se han vuelto locos?

La micro súper lentilla apareció gracias al tesón de “ésta mi comunidad”, así que, sólo me queda agradecer a mis súper vecinos su ayuda siempre que la he necesitado. Sí, podéis envidiarme justificadamente. Tengo unos vecinos que molan, como dice Lucas.

Sitios extraños en los que he encontrado mi micro súper lentillas:

– En la arena de la playa.

– Entre el rodapié y la pared de la casa de mi madre (no preguntéis, no tengo respuesta).

– En el dobladillo del bolsillo de mi albornoz.

– Entre las teclas del ordenador.

– En la tapa del estuche de lentillas (me estaba vacilando, está claro)

– Entre mi pelo, escote (no es para tanto), pegada en mis dedos…

– En mi propio ojo (sí, ya, no tendría gracia si antes no hubiese tenido a toda la clase de segundo de BUP –¡mira que eres vieja!- mirando al suelo desde sus sillas durante una hora o a un militar –al que no conocía de nada, pero que se ofreció amablemente- y que llegaba tarde al cuartel, rastreando el suelo de un autobús :S)

Sitios de dónde no volvió mi micro súper lentilla:

– El desagüe de la Piscina Municipal de Peñaranda de Bracamonte… 

comentarios
  1. […] amigo cibernético de Ikram Barcala, el único cangrejo español que ha logrado unir a toda una comunidad de vecinos en la búsqueda de una lentilla. Sin embargo, así ha sido, y si me alegro de ello, más me alegro […]

  2. […] IkramBarcala on Momento lentilla ¡Y qué vivan… […]

  3. Damabel dice:

    Qué bueno prima!!! Me he reído un buen rato, y te iba a decir que aún me acordaba de lo de las piscinas de Peñaranda, pero veo que ya te acuerdas tú solita…. Yo también he tenido alguna «fiesta» de esas….aunque mis lentillas no eran tan súper, eran de las de toda la vida. Y digo eran porque va a hacer un año que me operé…..la mejor inversión de mi vida, sin duda.

    • IkramBarcala dice:

      ¿¡Y si te digo que yo creo que es la única vez que vi que se marchaba sin remedio!? Menos mal que aquella no era una micro súper lentilla, sino una lentilla cara de c… a secas.

      ¡Qué bien que el mundo exista para tí nada más abrir los ojos! ¡Debe ser la pera!

      ¡Muack!

  4. Raquel dice:

    ja ja ja ja empiezo riendo porque tiene final feliz!!! Estoy convencida q yo sería de las q comentaría » eso es imposible»
    nos sirve de ejemplo para cualquier situación, nunca debemos perder la esperanza, todo es posible!!!! 🙂

  5. Buscar micro lentillas en el césped…mmm… es una idea genial para tener entretenida a la «troupe»: Ellos se sienten protagonistas y motivados; trabajan duro y …¡la encuentran!. Aliviada la cangreja, ha conseguido un hueco en «la comunidad»… y todo por esas maravillosas micro lentillas, que también le facilitan que nos escriba hilarantes historias como esta.

    • IkramBarcala dice:

      ¡¡Muchas gracias Yolanda!!

      Créeme que no fue mi intención convertirme en protagonista de la tarde, ni explotar mi faceta de «monitora de tiempo libre». Es más, te diría que yo creo que me han cogido un poquito de miedo y sospecho que si me ven llevarme la mano a la cara van a salir todos pitando por sí las moscas…

      ¡Es broma! Seguro que hacen gala de su experiencia…

      ¿O no?

      No sé. Creo que voy a pasar de encontrar la respuesta. Podré vivir con la duda 😉

  6. Lalu dice:

    Buenísimos pero prohibido quitarse lentillas en espacios abiertos y menos un día con viento!!!

  7. Insuperable… Todavía me estoy riendo imaginándoos reptando por el césped. En serio, deberías compartir el precio de esa micro lentilla milagrosa con tus lectores… Menos mal que a mí me sirven las blandas desechables de toda la vida… Sí, soy también soy miope como el cangrejo ciego ese.

    • IkramBarcala dice:

      Nooooo, reptar noooo! Las lentillas se buscan con los pies clavados en el suelo y sin moverlos ni un milímetro, que a la menor de cambio la micro súper lentilla se mete debajo y se acabó la fiesta. Es más bien… Un ejercicio de contorsionismo. Como jugar al Enredos (Ahora creo que se llama Twistter)

      Muack!

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